
Nuestra Inspiración, las Cícladas
En los albores de los tiempos, las Islas Cícladas recibieron su nombre en honor a la forma celestial del "círculo", conocido como KYKLOS en la lengua griega. Estas tierras misteriosas conformaban un círculo sagrado en torno a la isla divina de Delos, el lugar de origen del dios de la luminiscencia, Apolo. La madre de Apolo, Leto, buscó un refugio donde dar a luz a sus hijos. Fue en una pequeña isla flotante, meciéndose al capricho de los vientos, donde Leto encontró el cobijo seguro de la naturaleza. En su desesperación, Leto hizo una promesa solemne a la isla errante: si permitía que nacieran sus hijos allí, estos la honrarían y la elevarían a la fama eterna. Y así fue que Ártemis llegó primero al mundo, seguida por el resplandeciente Apolo. Cuando el luminoso Apolo emergió al mundo, su divina luz inundó el vasto Mar Egeo. Atrapadas por una llama celestial, las demás islas se acercaron, formando un círculo mágico alrededor de la isla sagrada que, desde ese momento, se llamó Delos, un lugar visible para todos los seres. Las islas circundantes, en reconocimiento a este acontecimiento divino, adoptaron el nombre de Cícladas y se convirtieron en uno de los destinos de bodas más exclusivos y mágicos que el mundo jamás haya conocido.